La fiebre aftosa en Indonesia, las chancletas como enemigo y el temor en Australia

Se calcula que un posible brote de aftosa en Australia puede ocasionar pérdidas de hasta US$ 68.000 millones para la industria ganadera, y tener repercusión de cinco a ocho años

La fiebre aftosa amenaza con propagarse en Australia a través de las chancletas de los miles de turistas que viajan a Bali, donde se han detectado varios casos, y que vuelven al país con suciedad en su calzado playero y con la posibilidad de originar un brote, publica www.elobservador.com.uy.

La enfermedad, que afecta al ganado vacuno, ovino, caprino y porcino, está extendida por toda Indonesia, pero aún no había llegado a la vecina Australia.

Sin embargo, el nuevo brote que ataca Indonesia puede derivar en una catástrofe económica para Australia si no se ponen medidas a tiempo.

Un artículo publicado por niusdiario.es indica que miles de turistas australianos visitan la turística isla de Bali cada año, y las autoridades se han alarmado debido a que esta enfermedad contagiosa puede encontrarse incluso en la suciedad de la suela de los zapatos que traigan los turistas a la vuelta de las vacaciones.

Para intentar impedir los primeros casos, Australia ha intensificado los controles de bioseguridad en los aeropuertos, revisando aquellos equipajes donde haya productos de estos animales como carne o queso. También ha empezado a advertir a los turistas de la posibilidad de contagio a través de sus zapatos.

Las chancletas, un problema

Bali, con sus playas paradisíacas, es un oasis donde el calzado habitual son las chancletas. Esto convierte a los visitantes en potenciales transmisores del virus ya que las chancletas no son compatibles con las medidas de bioseguridad que implican rociar los pies con productos químicos, que son demasiado potentes para aplicar directamente sobre la piel.

Por tanto, la única opción que se contempla por el momento es que los turistas lleven zapatos cerrados para poder aplicarse estos productos y evitar llevar consigo el virus. A pesar de que ahora se trata de una recomendación, se está valorando la obligatoriedad de dicha medida.

Pérdidas millonarias para la industria

Los animales infectados en indonesia superan los 300.000, y miles de ellos ya han tenido que ser sacrificados, suponiendo un duro golpe para la economía indonesia, sobre todo en el sector ganadero.

En cuanto a Australia (competidor de Uruguay en el mercado cárnico internacional), se calcula que este posible brote puede llegar a ocasionar pérdidas de hasta US$ 68.000 millones para la industria ganadera, y tener repercusión de cinco a ocho años.

A pesar de las múltiples consecuencias para los animales y la economía, esta enfermedad no se considera una amenaza para la salud de los humanos.

Perros detectores

En ese caso con base en un informe de The Guardian, en el portal de Blasina y Asociados se indicó que las medidas de bioseguridad se han reforzado en los aeropuertos australianos después de que se detectara la fiebre aftosa altamente contagiosa en Bali, Indonesia.

Productores ganaderos y diversos actores públicos insisten en que se implementen nuevas medidas en los aeropuertos.

Perros detectores operarán en los aeropuertos de Darwin y Cairns y los oficiales de bioseguridad comenzarán a abordar vuelos desde Indonesia en los próximos días para tratar de evitar el ingreso de fiebre aftosa, luego de que las autoridades indonesias confirmaran el martes que la enfermedad se había extendido al destino turístico de Bali.

El ministro de Agricultura, Murray Watt, dijo este miércoles que la bioseguridad ya se había incrementado en los principales aeropuertos que atienden viajes desde Indonesia después de que se detectara la enfermedad en el archipiélago en mayo.

Todos los vuelos desde Indonesia han operado con perfiles de bioseguridad que identifican a los pasajeros de mayor riesgo para su detección.

“Se han producido discusiones de alto nivel de manera continua entre las autoridades australianas e indonesias, así como con la industria local”, dijo Watt.

La presidenta de la Federación Nacional de Agricultores, Fiona Simson, también pidió mayores esfuerzos de bioseguridad.

El jefe de los servicios veterinarios de Australia, Mark Schipp, dijo a radio ABC que los esfuerzos para detener la propagación de la fiebre aftosa ya habían aumentado. “Hemos aumentado mucho las intervenciones en el aeropuerto… por lo que las personas que regresan a Australia pueden esperar ver un mayor uso de perros detectores, intervenciones más específicas y más inspecciones de su equipaje”.

Señaló además que los productores serían compensados si la enfermedad entrara en Australia. “Esto es algo que venimos practicando y ensayando desde hace más de 30 años, y como parte de eso existen arreglos de compensación para los ganaderos que padecen la enfermedad”, dijo a ABC.

Fiebre aftosa

Según un informe del Instituto Plan Agropecuiario, la fiebre aftosa es una enfermedad viral, muy contagiosa, de curso rápido que afecta a los animales de pezuña partida o hendida. Se caracteriza por fiebre y formación de vesículas principalmente en la cavidad bucal, hocico, espacios interdigitales y rodetes coronarios de las pezuñas.

En Uruguay, a inicios de este siglo por última vez se produjo un brote de fiebre aftosa que generó pérdidas millonarias. Superada la adversidad, el país sostiene desde entonces su estatus sanitario de país libre de fiebre aftosa con vacunación, lo que le ha permitido primero recuperar y luego mantener y hasta ampliar un amplio abanico de mercados a los que exporta sus carnes. Aquel suceso se recordó del siguiente modo en la edición especial por los 30 años de El Observador.